“Chile debe perpetuar el sistema de cuotas pesqueras para reconocerlas como un activo”
Ragnar Arnason, Phd del Departamento de Economía de la Universidad de Islandia, ha participado en la implementación de este sistema en países como Corea, Japón, Chile, Perú, Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, y en la Unión Europa, entre otros.
En su cuarta visita y tras haber sido referencia hace 10 años, cuando se estableció como estrategia para ordenar el sector pesquero el Límite Máximo de Captura por Armador (LMCA), cuya legislación finaliza en diciembre de 2012, Arnason retornó al país con un convencimiento: “hay una gran presión por los recursos pesqueros afuera de las zonas protegidas” y, por lo tanto, se hace indispensable establecer fórmulas que garanticen la sustentabilidad y la conservación de esta actividad.
-¿La transferencia de las cuotas garantiza la sustentabilidad del recurso y de la actividad pesquera?
-El sistema individual de transferencia de cuota garantiza el correcto desarrollo económico del sistema pesquero. Esta verificado por la experiencia de 22 países que lo han implementado, y donde el esfuerzo y la flota de pesca ha disminuido, el precio del recurso y las ganancias económicas han aumentado. ¿Qué quiero decir? Que en todos los países en que se ha implementado el sistema, las ganancias han subido y la industria se ha vuelto más sólida. No me cabe duda que en el caso de Chile, si se perfecciona el sistema podría suceder lo mismo.
– En Chile se están analizando distintos modelos pesqueros, desde el ámbito científico, ¿qué se puede aportar?
-Hay un estudio de la revista Science elaborado por Christopher Costello, que determinó que entre las miles de pesquerías alrededor del mundo, donde se ha implementado el sistema de transferibilidad de cuotas el stock de peces se ha mantenido e, incluso, ha aumentado. Por el contrario, los que no lo han implementado siguen declinando cada vez más. Además, un 25% de la captura mundial se realiza a través de sistemas de transferencias, lo que corresponde a 20 millones de toneladas.
-¿Las cuotas deberían perpetuarse entonces?
-En Chile ya existe un sistema, hay que perfeccionarlo y perpetuarlo en el tiempo, ojalá sea permanente. Lo importante es que la industria y las personas reconozcan las cuotas pesqueras como un activo, que les pertenece, para así poder invertir, pensando en el largo plazo y no temer con incertidumbres a futuro.
-¿Cuáles son las bondades y debilidades este sistema?
-En el caso de Chile, el sistema es de 12 años, lo cual lo hace un problema para una empresa que quiere pensar en 20 a 30 años para adelante, puesto que no tienen margen y eso complejiza su operación.
Para proyectarse a futuro me parece que las cuotas tengan una larga duración, y hay que solo perfeccionar el sistema de transferibilidad de las mismas.
– ¿ El licitar las cuotas puede ser también una fórmula?
-En casi las mil distintas pesquerías que hay en el mundo todas las cuotas pesqueras se han entregado por capturas históricas, es muy raro que existan licitaciones. Hay casos que podrían ser relevantes para la situación chilena, como Rusia y Estonia. En ambos casos se introdujo licitaciones en el año 2001, lo que no funcionó, y se detuvieron en 2003, ya que las pesquerías gastaron mucho dinero en comprar las cuotas y quedaron con muy poco capital de trabajo. Además, los precios después fueron muy volátiles.
En la foto: Los expositores del seminario Jorge Rodríguez Grossi, Ragnar Arnason, Andrés Couve y Carlos Vial.