Plantas y Hierbas medicinales

by Paulo | 19 marzo 2013 3:44 pm

 

Por Marina Parisi. Publicado en Revista Indualimentos.

Sin embargo, es recomendable informarse bien acerca de los atributos de las hierbas medicinales antes de consumirlas y determinar sus dosis exactas, dado que son pocas las plantas medicinales propias de Chile que han sido avaladas por estudios clínicos.

Por siglos el Cochayuyo ha sido un valioso e irremplazable alimento para las comunidades indígenas que habitan el Sur de Chile, especialmente para aquellas que rodean la zona costera de Valdivia y Osorno, debido a que esta planta marina (también llamada Altee, Bufo y Argüía) presenta un alto valor proteico, siendo un atractivo sustituto de la carne. Es más, Chile exporta US$800.000 anuales de Cochayuyo a Taiwán, su principal destino de exportación, donde el producto es servido como suculento plato de entrada, en reemplazo de las tradicionales verduras.

Sin embargo, los atributos del Cochayuyo van mucho más allá de su aporte proteico y estudios clínicos han reconocido sus propiedades medicinales para tratar la obesidad, gracias a su elevado aporte en fibra soluble, además de su capacidad para contrarrestar los efectos del colesterol alto, el hipotiroidismo, bocio, hígado graso, hipertensión, diabetes y acidez estomacal. La ciencia también lo ha avalado como un energizante natural, debido a su valioso contenido en vitaminas y minerales.

Así como el Cochayuyo hay otras hierbas medicinales que han sido estudiadas por científicos, reconociendo en ellas principios activos que van en directo beneficio de la salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha admitido la utilidad terapéutica de estas hierbas en zonas rurales donde la población casi no tiene acceso a la medicina tradicional.

Lo cierto es que el uso de plantas medicinales como suplementos dietarios y remedios naturales ha crecido exponencialmente en Chile los últimos años, asevera Ximena Polanco, Directora del Laboratorio Ximena Polanco, “un fenómeno que se explica a raíz de una fuerte tendencia a volcarse hacia lo natural. La gente está en búsqueda de soluciones que no conlleven efectos secundarios, los que suelen darse mucho en los remedios que ofrece la medicina alópata tradicional”.

Aunque hay países de la región latinoamericana donde el consumo de hierbas medicinales supera al de Chile, indica José Luis Martínez, Editor del Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas, BLACPMA (www.blacpma.usach.cl) y Co-editor de Medicinal Plants: Biodiversity and Drugs. “Mientras en Chile hay menos de 10 laboratorios abocados a plantas medicinales, sólo en la ciudad de Cali, Colombia, hay más de 30 empresas enfocadas a este nicho”.

 

Plantas medicinales V/S remedios tradicionales

Una de las ventajas que presenta el consumo de hierbas naturales, explica Polanco, es que sus efectos secundarios tienen un impacto mucho menor frente a los remedios alópatas. “En caso de intoxicación por plantas medicinales, la persona tendría que haber ingerido grandes cantidades de infusiones de la hierba. En cambio, al consumir las dosis normales de un remedio tradicional, inmediatamente se experimentan los efectos secundarios”.

“Otro beneficio muy asociado a lo anterior es que las hierbas naturales son mejor reconocidas por nuestro organismo respecto de los remedios farmacológicos tradicionales”, enfatiza la experta, “porque nosotros estamos acostumbrados a consumir cierta cantidad de alimentos naturales como verduras y frutas, y estos alimentos tienen principios activos que también se encuentran presentes en las plantas medicinales, tales como polifenoles, isoflavonas y carotenoides, entre otros antioxidantes en general”.

Es importante destacar que las plantas medicinales son muy ricas en antioxidantes y éstos cumplen una gran diversidad de roles para la salud, precisa Polanco. “De hecho, algunos antioxidantes son especiales para tratar la inflamación, otros son muy efectivos como analgésicos para contrarrestar el dolor y otro grupo de antioxidantes ayuda a anular los efectos de los radicales libres (células perjudiciales para el organismo)”.

Y pese a que muchas de las hierbas naturales son utilizadas con éxito para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, a juicio de Polanco hay que conocer muy bien sus características antes de consumirlas.

“Por ejemplo”, describe la experta, “hay algunas plantas compuestas que pueden producir reacciones alérgicas y que corresponden a una familia de plantas que tienen una inflorescencia determinada (disposición de las flores sobre la extremidad del tallo). También hay plantas que son tóxicas. Por lo tanto, es muy importante conocer a cabalidad la identidad de la hierba medicinal antes de proceder a su ingesta. Todavía falta mucha información científica en torno a este tema”.

Martínez va aún más lejos y plantea que la eficacia farmacológica de las plantas chilenas no está debidamente estudiada. “Hay dificultad para saber la dosificación exacta de una hierba medicinal, aspecto que depende mucho de los principios activos que contenga y de su desarrollo agrícola, como el terreno donde ha sido cultivada y su temporada de colecta. Por este mismo motivo resulta muy complejo prescribir el uso de plantas medicinales a niños menores de cinco años, debido justamente a la carencia de estudios clínicos”.

Polanco comparte plenamente la visión de Martínez y advierte que “sólo hay estudios toxicológicos en torno al Matico, el Bailahuén, la Murtilla y unas cuantas plantas mapuches más, además de otras hierbas que han sido introducidas en Chile como la Manzanilla y la Melisa. Pero falta mucho camino por recorrer en la investigación toxicológica de nuestras plantas chilenas”.

 

Por ejemplo, en el caso del Cochayuyo, éste resulta idóneo para aquellas personas que sufren de hipotiroidismo como ya lo mencionamos anteriormente, pero la ciencia advierte que si una persona que padece de hipertiroidismo desea obtener los beneficios nutricionales de esta planta, claramente deberá abstenerse de consumir el alimento. Algo similar ocurre con el tradicional Boldo. Si bien estudios clínicos han corroborado sus positivos efectos para tratar anomalías gastrointestinales y digestiones difíciles de tipo crónico como dispepsias, en ningún caso debe ser ingerido por personas que presentan obstrucción de la vía biliar (ictericia).

Plantas medicinales avaladas por estudios

Aloe Vera

Aunque la medicina tradicional ha reconocido su poder cicatrizante para tratar quemaduras y otro tipo de heridas externas, algunos expertos han catalogado al Aloe Vera como el principal regenerador celular que hoy podemos encontrar en la naturaleza, ya que además es capaz de combatir la psoriasis, piel rosácea, acné, eccemas (inflamación dermatológica), verrugas y hasta úlceras bucales, aplicando la hoja de Aloe directamente en la piel o en forma de gel. Ello gracias a que la planta contiene más de 200 principios activos que han sido identificados por los científicos, entre los que figuran vitamina A, B1, B2, B3, B6, B9, B12, C, D, E, betacaroteno y polisacáridos, entre otros aminoácidos y enzimas.

La ciencia también ha reconocido el poder laxante de esta planta, la que puede ser suministrada en forma de jugo. Pero hay que evitar su consumo cuando existen dolores abdominales, nauseas y vómitos y tampoco debe ser administrada a pacientes con enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa y síndrome de colon irritable.

Hierba de San Juan

Una de las características más notables de esta planta es que la ciencia la ha consagrado como una alternativa natural y efectiva para combatir cuadros de depresión (leves y moderados), ansiedad, nerviosismo, malestares premenstruales y menopausia, vía infusión oral. Lo anterior es posible debido a que la hierba presenta elevadas concentraciones de melatonina, hormona secretada por la glándula pineal que actúa como agente antidepresivo y regulador del humor, las emociones y las sensaciones.

De igual forma, la hierba de San Juan es utilizada en forma externa para tratar dermatitis, heridas pequeñas, úlceras e infecciones virales. Tiene un efecto antiinflamatorio, antihemorrágico y antihipertensivo, lo que también la hace ideal para aliviar los espasmos musculares (calambres). No obstante, no se recomienda su uso en forma paralela con fluoxetina y antidepresivos tricíclicos.

Llantén

Sabemos del poder cicatrizante de esta hierba por las comunidades mapuches, quienes la utilizaban para curar heridas, llagas y quebraduras mediante una cocción que incluía una concentración de Llantén. Esta planta resulta idónea para tratar alteraciones digestivas serias tales como gastritis, úlceras digestivas, diarrea y afecciones hepáticas. De hecho, su efecto cicatrizante en gastritis y úlceras digestivas está avalado por estudios clínicos, los que también han reconocido su uso externo en forma de compresas para tratar además pústulas, hemorroides, vaginitis, leucorrea (flujo blanco) y úlceras varicosas. Sin embargo, hay que tener la precaución de no usar infusiones muy concentradas de esta hierba, de lo contrario se puede producir un efecto antihipertensivo y laxante potente.

Maqui

Esta es otra planta muy usada por la cultura mapuche para tratar diarreas, disenterías (trastorno infeccioso con diarrea sanguinolenta) y empacho (diarrea con decaimiento, fiebre y depresión del glóbulo ocular). La ciencia también la ha confirmado como un remedio natural muy eficaz para contrarrestar el dolor de garganta, inflamación de las amígdalas y úlceras de la boca, haciendo gargarismo con la misma infusión. Otro de sus beneficios es su capacidad para poder aliviar el dolor de espalda, aplicando la hierba como cataplasma. Eso sí, hay que tener sumo cuidado de no preparar las infusiones de esta planta en utensilios de aluminio.

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