by Paulo | 5 abril 2016 5:40 pm
Como siempre, agradecer a Industrias Pesqueras su labor como punto de encuentro del sector y por la oportunidad de colaborar en sus páginas.
Nadie duda de que el sector pesquero y acuícola español es puntero, desde el principio hasta el final, en toda su cadena. Los datos lo confirman, primer productor de pesca extractiva y acuícola de Europa, segundo consumidor europeo y sexto mundial de productos pesqueros, mayor red de comercialización.
Pero los datos también nos muestran cómo retrocede el consumo interior de nuestros productos. Si en 2008 el consumo en hogares era de 27,89 kg. per cápita, los últimos datos de 2015 revelaron que bajó a 25,86 kg (Fuente Magrama). La crisis económica ha coincidido con una irrupción absoluta de las nuevas tecnologías, provocando una revolución económica y social, con un fuerte impacto en la forma de comprar y consumir.
Según Google Consumer Barometer 2015 somos el país con más cuota de penetración de smartphones del planeta (80 %). El uso de internet en España es de 1,9 horas diarias y 3,6 horas de navegación desde los ordenadores, es decir 38,5 horas semanales.
38,5 horas que antes invertíamos en otras cosas. Hemos cambiado el uso de nuestro tiempo, competimos por ganar para el pescado ese tiempo que el consumidor ya no tiene o que prioriza para otras actividades antes que para comprar alimentos y cocinar.
El pescado es apreciado por saludable, sano y sabroso, pero no se percibe como práctico y eso nos está penalizando, especialmente cuando nos enfrentamos a un consumidor con menos tiempo.
Cae el consumo de frescos pero hay una creciente demanda de especies como el salmón o el atún y el bonito, y los salazones y ahumados se incrementan en un 10 % del primer trimestre de 2015, a pesar de la bajada del consumo de productos pesqueros (Fuente Kantar World Panel). Estas cifras refuerzan que apostar por la practicidad debe de ser una prioridad.
Prioritario también debe de ser mejorar los servicios y comunicar con las nuevas herramientas tecnológicas para conectar con ese nuevo consumidor que demanda nuevas experiencias de compra.
En este sentido, cada vez hay más puntos de venta que permiten degustaciones, comer mientras se hace la compra. Es tendencia mundial consumir en el espacio de venta, sin una separación clara entre el espacio para una actividad y otra. Veremos cómo aumenta la oferta de elaborados por el pescadero profesional, figura que debemos de prestigiar como asesor en todos los aspectos relacionados con el producto: preparación, conservación y cocinado.
“Es importante transmitir que el mercado de los productos pesqueros y acuícolas es un mercado global, pero el consumidor debe de poder diferenciar la procedencia de los productos y sus artes de pesca para poder entender las diferencias de precios y elegir con conocimiento de causa”
Ya existen pescaderías que realizan masterclass, talleres con los consumidores, demostraciones, shows cooking. Los servicios se refuerzan y se debe de combinar la venta presencial con la venta on-line.
Todos los estudios indican que el dato que más valoran los ciudadanos conocer a la hora de comprar nuestros productos es el ORIGEN. Es importante transmitir que el mercado de los productos pesqueros y acuícolas es un mercado global, pero el consumidor debe de poder diferenciar la procedencia de los productos y sus artes de pesca para poder entender las diferencias de precios y elegir con conocimiento de causa.
Hoy el dicho innovar o morir se hace más real que nunca. Con unos beneficios cada vez más ajustados y con la necesidad de ofrecer más por menos, sólo podremos mejorar la cuenta de resultados reduciendo costes. Automatizar procesos es urgente y promover las innovaciones en la empresa también.
Poner en valor a los profesionales de toda la cadena pesquera y acuícola, apostando por la formación profesional relacionada con las cualificaciones es imprescindible para prestigiar al sector. Con grandes dificultades para el relevo generacional y sin personal cualificado no podremos abordar estos retos.
Y si a todo ello uniéramos la necesaria bajada del tipo impositivo del IVA de los productos pesqueros y acuícolas del 10 % al 4 %, como merecen al ser artículos de primera necesidad, imprescindibles para una dieta saludable, junto con el incremento de su promoción aprovechando los Fondos Europeos Marítimos y de la Pesca (FEMP) seguro que conseguiríamos mejorar las cifras de consumo.
Mª Luisa Álvarez Blanco Directora Adjunta Fedepesca
Fuente: Revista IP
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