Ley de Pesca y licitaciones
La ley actual no renuncia a licitar cuotas. Al contrario, plantea que en pesquerías industriales en plena explotación (la mayoría de las hoy activas) y transcurridos tres años de haberse calculado los parámetros necesarios para establecer el estado de explotación de la pesquería, se debe licitar de todas formas un 15% de la cuota industrial. Valorando a precios de exportación, en las pesquerías industriales hoy sujetas a cuota global, se obtienen ventas anuales por US$750 millones (2013). Así el 15% por licitarse podría involucrar ventas por US$112 millones/año.
Hay que aclarar qué objetivo se busca al licitar. Si se pretende que entren o prevalezcan en el sector, mediante competencia, los operadores más eficientes, se puede lograr con la plena transferibilidad del derecho productivo. Así lo planteó unánimemente el TDLC y así lo establece la ley. Lo importante es garantizar que la transferibilidad del derecho opere eficientemente, lo que se favorece con reglas claras y estables.
Al licitar derechos productivos en industrias concentradas, el diseño correcto de la subasta es complejo. El subastador enfrenta a reducidos participantes, en subastas repetidas en el tiempo y con objetos en venta que, por razones políticas y económicas, suelen involucrar múltiples derechos a licitar. En este contexto, el riesgo de coordinación entre los participantes para reducir la competencia es elevado.
Desde los años 90 en Chile hay subastas anuales de cuotas en cuatro pesquerías, aunque solo en una (bacalao de profundidad) el proceso licitatorio se ha mantenido sin interrupciones prolongadas. Pero en los cuatro casos se han cometido errores de diseño licitatorio.
Transcurrida la primera década de subastas sin entradas, en la pesca del bacalao se introdujeron cambios en las reglas de licitación que permitieron alguna entrada. Pero ninguno de esos entrantes sobrevivió más de un par de años. Ello se debió a errores de diseño licitatorio y a la dificultad de alcanzar escalas mínimas viables de operación.
En esa pesquería sí ocurrió entrada sustentable de nuevos operadores eficientes, pero gracias a la transferibilidad de las cuotas de pesca, vía arriendo o compra. Si permitimos que el mercado funcione, lo hará, incluso sin tener que recurrir a subastas complejas.
Si las subastas buscan un objetivo recaudatorio, existen otros instrumentos más simples y razonables.
Según un reciente estudio del BID, la pesca industrial en Chile paga al Fisco vía patentes anuales el 4,8% del valor bruto de su producción procesada (2013). Este pago es 2,5 veces el valor real anual pagado a inicios del sistema de cuotas de pesca, tasa que está en el rango de los principales países pesqueros.