Industriales pesqueros apoyan reducción de cuotas, pero proponen medidas adicionales

Industriales pesqueros apoyan reducción de cuotas, pero proponen medidas adicionales

 

César Sottovia J.

Recién instalado en su nuevo cargo gremial, esta vez en representación de todos los pesqueros industriales del país, Rodrigo Sarquis, ex líder del rubro de la zona centro-sur de Chile a través de Asipes, y actual timonel de la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca), tiene la tarea de encabezar un sector que no sólo fue golpeado por el terremoto en febrero pasado, sino que además enfrenta una abrupta caída en su actividad por la escasez de recursos marinos.

Las cifras lo avalan: la pesca, este año, registra magras capturas. La extracción del jurel, principal sustento de los pesqueros en el país, se ha reducido a la mitad en este ejercicio. Y el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, ya adelantó en el último Consejo Nacional de Pesca -entidad que representa a los actores y autoridades vinculados a la pesca y que año a año fija las cuotas de extracción, en base a estudios científicos de la biomasa existente en el mar- que el paupérrimo estado de las pesquerías más relevantes hace urgente una drástica reducción de las capturas. Aunque en el gremio felicitan al secretario de Estado por su postura, también se anticipan en poner sobre la mesa otras medidas que cobran, a su juicio, igual relevancia que el recorte que sufriría la extracción este año.

-¿Cómo toman la intervención del Gobierno, y en cuánto estiman que se deben reducir las cuotas ?

“Bienvenida la sorpresa que el ministro haya ido al Consejo hace unas semanas, pues vemos con bastante agrado este nuevo compromiso del Gobierno, respecto de preservar la sustentabilidad de los principales recursos pesqueros del país. Su exposición en la oportunidad fue transparente y su diagnóstico constituyó una aproximación realista de la situación que afecta a las principales pesquerías, y concordamos en la necesidad de reducir algunas cuotas para el ejercicio 2011”.

Así, Sarquis manifiesta que comparten el diagnóstico de la autoridad en torno a que las disminuciones más drásticas deben darse en especies como la raya, el congrio y el jurel.

Sin embargo, explica que el nivel de recortes adecuados para el caso “es desconocido por la industria, pues los científicos que trabajan en el tema, que pertenecen a universidades, institutos de investigación privada y el Gobierno, aún deben hacer una proposición que la autoridad recogerá en un informe técnico que presentará al Consejo, y sobre eso se pronunciarán los distintos miembros y se decidirá. Esto debería suceder a partir del 15 de noviembre”.

Sin embargo, el balance de la industria sobre la base de las capturas efectivas es lapidario. “Este año, el jurel, así como va la temporada debiera terminar en una cifra entre las 450 mil y 500 mil toneladas, versus desembarques anuales de 2008 y 2009 en torno a las 900 mil toneladas”, afirma Sarquis. El descenso se explica en buena parte, a juicio del líder gremial, por la consolidación de una flota de capitales europeos y chinos fuera de las 200 millas, frente al altamar adyacente a Chile, en el Pacífico Sur, única zona de altamar no regulada.

“Así empezamos hace una década a compartir un recurso que históricamente era chileno”, explica.

Por eso, agrega: “El Gobierno debe ser consistente en que la reducción de cuota para los industriales locales no va a arreglar por sí sola el problema”.

Aguas afuera

Y propone un foco complementario a la estrategia de la autoridad. “Primero, corresponde que el Gobierno no sólo le pida a la flota nacional un esfuerzo de menor extracción, sino que la Cancillería también se comprometa con activas gestiones, tanto con la Comunidad Europea como con China, de tal manera que las mismas medidas que se nos van a proponer a los privados sean propuestas y adoptadas también por el resto de los participantes en las pesquerías internacionales”.

¿Bajo qué instancia? La oportunidad no es lejana, dice, pues en la última semana de enero, en el marco de la Organización Regional de Pesca (ORP), se celebrará una reunión en Colombia para revisar las últimas medidas provisionales. A ese encuentro, los científicos participantes van a llegar con una actualización del estado de los recursos.

“Esperamos que con la misma seriedad con que está actuando Chile en materia de sustentabilidad de los recursos pesqueros actúen los demás participantes en esta pesquería, y podamos llegar a consensuar medidas que busquen claramente conservar de mejor forma el jurel. Por lo tanto, como Chile actuará en consistencia con este diagnóstico, esperamos que los demás países hagan lo mismo. Nos vamos a ver enfrentados a un problema si es que en la última semana de enero de 2011 el único que está dispuesto a tomar medidas de conservación es Chile, porque eso no es suficiente para poder cuidar este recurso que es compartido”, manifiesta.

 

El tema no es fácil, pues los acuerdos que se toman en el marco de esta instancia no son vinculantes hasta que la citada organización sea suscrita y parta como tal, explica el presidente de Sonapesca. “Eso no va a ocurrir hasta dentro de los próximos tres años, y ahí nosotros apelamos a la responsabilidad de los otros países que actúan aquí al frente. Son países grandes e importantes, y si Chile puede hacer un esfuerzo, por qué no van a poder hacerlo dos potencias como China y la Comunidad Europea”, puntualiza Sarquis.

En el segmento industrial esperan que las medidas de conservación que ellos asumirán no sólo involucren a los buques factorías que operan en aguas internacionales, sino también al mundo artesanal, el que según Sonapesca, de acuerdo con cifras presentadas por la autoridad, hoy concentra en volumen cerca del 50,4% de los desembarques (el restante 49,6% lo extraen los operadores industriales).

-¿Hubo un relajo de parte de las autoridades respecto del control de este estrato?

“La pesca artesanal ha estado ajena al ajuste que tuvimos los industriales en la última década. Mientras nosotros disminuimos la flota en 150 barcos a lo largo de Chile y paramos una serie de plantas para adecuar el nivel de esfuerzos a la realidad pesquera del momento, los artesanales multiplicaron sus desembarques por diez”.

“Mientras tienes dos sectores pesqueros que son equivalentes, se requiere que ambos sean plenamente fiscalizados y adopten las medidas de conservación que la autoridad determine. Esto no sólo se les puede pedir a los industriales cuando sólo son responsables de la mitad de los desembarques”.

-¿Qué otras medidas complementarias se hacen necesarias?

“Existe una inconsistencia entre el estado de escasez que atraviesan las pesquerías y el monto que se destinará para estudiarlas, pues las platas que se van a focalizar para investigación de los recursos marinos en 2011 son la mitad de lo que se gasta en periodos normales. Cuando más problemas hay es cuando más tenemos que estudiar”.

“Lo anterior, para que no nos equivoquemos en las decisiones de administración de recursos que se tomen. Por lo tanto, no sólo es importante hacer un diagnóstico, sino también que se refuerce la administración pesquera con una oportuna y fidedigna información. Esto no será posible si se dedican $2.200 millones para estudiar trece pesquerías a lo largo del país”.

El fantasma de las licitaciones

Así como ocurre con el sector agrícola, los pesqueros también ven un deterioro en la competitividad de su sector a partir de la apreciación del peso, como también por el alza de los costos de la energía asociada a la operación de sus plantas procesadoras. A ello se suma, indica Sarquis, que “tenemos por quinto año consecutivo un retroceso en términos de productividad y problemas por escasez de recursos”.

Es por esto, dice, que antes de cualquier decisión legislativa futura en torno a la actividad, como podría ser la modificación del sistema de cuotas por promedio histórico de captura por uno de licitaciones, se debería considerar la coyuntura que enfrenta esta actividad.