Crustaceros de Coquimbo preparan innovaciones tecnológicas en artes de pesca, envases y formatos de presentación
La Asociación de Industriales y Armadores Pesqueros de la Región de Coquimbo (AIP) profundiza de este modo su estrategia de producir en forma cada vez más amigable con el medio ambiente, y en paralelo, agregar valor y mejorar la inserción en los mercados del mundo.
Profundizando en la estrategia de producir cada vez con mayores grados de sostenibilidad ambiental y generación de valor agregado, la pesca industrial crustacera de Coquimbo se encuentra en plena etapa de estudios para la próxima incorporación de innovaciones tecnológicas en sus artes de pesca y envasado de productos. Esta gestión viene a proyectar los logros ya alcanzados por el rubro en los últimos dos años, traducidos en la certificación Marine Stewardship Council (MSC) en pesca sustentable y cadena de custodia para las pesquerías de camarón nailon, langostino amarillo y langostino colorado.
En el ámbito de las artes de pesca, el gerente de la Asociación de Industriales y Armadores Pesqueros de la Región de Coquimbo (AIP), Leandro Sturla, explica que luego del exitoso proceso de cambio de redes terminado en 2014 –que consistió en reemplazar los antiguos dispositivos, de hasta 3,5 toneladas de peso, por otros de sólo 600 kilos, altamente selectivos y de bajo impacto sobre los fondos marinos y la fauna–, se pretende ahora renovar otros elementos fundamentales: los portalones y los cables de arrastre.
Según el profesional, “el desafío tecnológico que hemos tomado en los últimos años se ha basado primero en la renovación de las artes de pesca. Las redes son un componente; ahora viene todo un trabajo con los componentes complementarios. En los cables de pesca, actualmente ocupamos diámetros que quedaron sobredimensionados, toda vez que cuando cambiamos las redes redujimos sensiblemente el peso de éstas. También corresponde ver otro modelo de portalones, que son las puertas hidrodinámicas que permiten que la red se mantenga abierta en el proceso de captura; también podrían estar sobredimensionados, y eso significa que podemos hacer una economía importante tanto de tamaño como de peso. Eso se traduce en que vamos a producir consumiendo menos combustible, con impacto en la reducción nuestra huella de carbono. Nuestros productos estarían generando una menor carga ambiental, al ser capturados con artes de pesca con un menor gasto energético asociado”.
En efecto, el uso de cables más delgados y livianos ahorrará combustible tanto en la operación de las máquinas que extienden y recogen las redes, como en la navegación de los barcos crustaceros, al disminuir el peso.
Nuevos envases y presentaciones
En paralelo, y bajo el alero del Programa Estratégico Regional de Bioproductos Marinos “Masmar” (que financia CORFO), se analizan alternativas para innovar en materia de envases y formatos de presentación de los crustáceos.
Sturla subraya que, para los mercados de consumo actuales, ya no basta con que los productos alimenticios sean sanitariamente inocuos, aporten a la salud y aseguren trazabilidad (permitiendo al consumidor conocer el origen y cadena productiva involucrada). Hoy en día, además, se imponen los productos listos para el consumo o que requieran un mínimo de tiempo y esfuerzo en su preparación.
“Se requiere contextualizar nuestros productos con las tendencias del mercado. Los nuevos consumidores, aparte de privilegiar sabor y calidad, también privilegian una preparación más práctica. Tenemos que buscar envases mucho más prácticos; por ejemplo, aparece una nueva gama de conservas que no vienen en tarro, sino en un polímero trasparente, en que uno ve desde fuera el producto y puede tener un indicador de qué es lo que va a comprar. Acortar la cadena comercial, llegar a mayoristas con productos con mayor valor agregado, de acuerdo con las tendencias de consumo”, señala.
Para alcanzar este objetivo, ya se ha avanzado en la exploración de tendencias de consumo y tecnologías de empaque, mediante la participación en la feria mundial de alimentos marinos Seafood Expo Global 2017 en Bruselas (Bélgica), y una visita al centro AZTI Tecnalia en Derio (España). Ambos hitos, ocurridos en abril pasado, se concretaron a través del Proyecto de Fomento (Profo) AIP, cofinanciado por CORFO.
A mediano plazo, se espera lograr la asesoría de expertos europeos.