A un año del 27/F: La Sonapesca aseveró que “las empresas han sido capaces de recuperar el 70% de su capacidad de procesamiento”
La Sonapesca agrupa a las principales empresas pesqueras del país y es la entidad gremial que conoce al detalle lo que ocurre con cada una de ellas. Desde que se desatara el movimiento telúrico de 8.8 grados en la escala de Richter y su consecuente destrucción -incrementado por efectos del tsunami- sobre las plantas pesqueras que operan en la Región del Biobío, debió iniciar, codo a codo con las compañías, un difícil proceso de reconstrucción que, según la Sonapesca, ya tiene al sector nuevamente de pie.
“La industria pesquera está siempre expuesta a duros golpes de la naturaleza y siempre ha logrado superar las situaciones adversas y salir adelante. El terremoto y posterior tsunami permitieron demostrar que las empresas, pese a haber quedado con profundos daños, han sabido encontrar nuevos caminos, buscando alianzas estratégicas y también fusiones. De esta manera, están formando nuevas bases para enfrentar y superar a futuro la compleja situación que han debido enfrentar”, manifestó a PESCA al día el gerente general de la Sonapesca, Héctor Bacigalupo.
En este sentido, el ejecutivo aseguró que “las empresas han sido capaces de recuperar aproximadamente el 70% de su capacidad de procesamiento”.
Aumento de los costos
Durante los primeros meses tras la tragedia, la industria optó por no operar su flota y darle preferencia a procesar las capturas de los artesanales como una manera de contribuir a su recuperación. “Desafortunadamente, cuando la flota volvió a pescar, constató que se capturaba poco jurel y a gran distancia de la costa, lo que ha incrementado los costos y disminuido las capturas, no sólo por menor disponibilidad, sino además, por tener que realizar mareas más prolongadas”, argumentó Bacigalupo.
Factor jurel
Según el gerente general de la Sonapesca, más allá del terremoto, del tsunami y de los saqueos que arrasaron con plantas e instalaciones, uno de los principales factores que han mermado la recuperación de la industria, son las capturas de jurel fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
“Desde hace dos años las flotas extranjeras han capturado jurel sin ningún tipo de regulación ni controles y en permanente crecimiento, en el borde de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva, lo que ha llevado al recurso jurel a la sobre explotación y la compleja situación en que se encuentra hoy”, puntualizó.
Panorama laboral
Según cifras reportadas por la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), tras la reducción en las cuotas de captura para este año, en la zona norte, específicamente entre las regiones de Arica y Parinacota y la de Antofagasta, el efecto mayor de desempleo se dará en los tripulantes, el cual podría fluctuar entre los 200 y los 300. En tanto, en la zona centro-sur, específicamente en la Región del Biobío, la cifra podría ascender a 1.000 personas: 350 tripulantes y 650 trabajadores de planta.
Sobre esta situación, Bacigalupo fue enfático en sostener que “pese a sufrir daños considerables y a tener muchas plantas destruidas, las empresas, solidarizando con la dramática situación de la Región del Biobío, siguieron pagando sueldo a sus empleados, con un costo mensual de US $ 10 millones. Esta situación se mantuvo por seis a ocho meses”.
Pero más allá de ello, el ejecutivo explicó que “se tenía la esperanza que la situación se estabilizara y de esa forma normalizar las operaciones. Sin embargo, debido a la crisis del jurel, provocada por la operación no regulada de la flota extranjera, la cuota disminuyó a un tercio, lo que ha hecho necesario los ajustes que se han estado observando”.
Para dar frente a este escenario, los industriales manifestaron que ya han elaborado medidas de mitigación y planes de reconversión laboral, creando mesas de trabajo con los dirigentes y las autoridades.