“Detrás de la discusión por la jibia, se cuestiona la Ley de Pesca”
Por Verónica Moreno
Orrego dice que “algunos políticos tienen discursos demagógicos que buscan crear un conflicto artificial. Detrás de la discusión sobre la jibia, lo que hay realmente es un cuestionamiento a la Ley de Pesca”.
Señala que es necesario llevar este debate hacia el análisis técnico y aclarar, en primer término, que la denominada “crisis de la jibia” no tiene nada que ver con que no haya disponibilidad del recurso.
“Hay en abundancia, este es un problema de precios, donde Chile no tiene mucho que hacer porque es un actor menor. Son China y Perú los que mueven el mercado y ellos pueden determinar precios”, explica.
Bajo este argumento, agrega que pretender eliminar a la pesca industrial de la extracción -bajo la idea de que habría hecho caer los precios- es errado, dice Orrego.
A nivel global, Chile es un actor menor. Desde 1998 las capturas han ido aumentando hasta alcanzar un máximo de 950 mil toneladas en el Pacífico Sur en 2012. En 2013 fueron 850 mil toneladas. De ese total, Perú tiene 54% de participación de mercado, le sigue China con 32% y Chile cuenta con 12%.
Chile, específicamente, tiene con una cuota de 200 mil toneladas, donde el 80% es para el sector artesanal y el 20% para el industrial. Orrego señala que los artesanales “no logran capturar toda su cuota”.
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Oportunidad
El presidente de Sonapesca cree que en agosto, cuando se realice una jornada sobre la jibia en el Congreso, podría ser la “oportunidad para poder discutir todo esto desde un punto de vista técnico”, porque aclara que hoy existe desconocimiento.
“En muchos sectores del país existe una integración y trabajo en conjunto entre el sector industrial y el artesanal, que se traduce en poderes de compra, transferencia de cuotas y apoyo en materias operacionales”, dice.
Agrega que el sector de pesca industrial tiene la mejor disposición para avanzar en una alianza estratégica con los artesanales, lo que puede traducirse en profundizar el uso de infraestructura de plantas disponibles y la generación de poderes de compra que permitan estabilizar los ingresos de los pescadores, como una forma eficiente y de largo plazo para enfrentar la caída en los precios internacionales de algunas especies.